lunes, julio 31, 2006

Sólo un título


Cuando Luis Buñuel, nuestro director más internacional, pensó en cómo iba a titular su película, le asalto una idea maravillosa. Mezcla de cinismo, genio y mala leche. Su película (el de Calanda no paraba de molar y de hacer historia en aquel momento) partía de una anécdota surrealista deliciosa, e igualmente surrealista y delicioso fue su modo de abordar el título de la obra. La sinopsis de la película de la que hablamos sería algo así.

Un grupo de burgueses se reúne para cenar. Cuando terminan y tienen que marchar hacia casa, irracionalmente, no son capaces de hacerlo. Nada más, "no pueden salir del salón". No porque haya "seguratas" en la puerta que lo impidan, o éstas estén cerradas. Nada de eso, la razón es mucho más absurda e inquietante.

Pues bien: a un film con esta historia, Buñuel le puso de título: EL ÁNGEL EXTERMINADOR.

Es, sin duda, uno de los títulos más macarras que existen. Un ángel que extermina, "tómatelo frío". Y en la película no hay ángeles ni genocidios de ningún tipo.

¿La razón? Se puede intuir que bebe de la por aquel entonces muy íntima relación del turolense con el surrealismo. Lo único que pensó fue: "Si yo fuera por la calle y viera un cartel de una peli con ese título, entraría a verla sin dudar, corriendo...". Y así es. Un título inquietante para una película inquietante. Lo demás, ¿qué más da?.

Una recomendación. Para conocer más sobre Luis Buñuel, uno de los mejores libros de cine que he leído, "MI ÚLTIMO SUSPIRO". Una autobiografía de nuestro paisano en la que habla de los entresijos de cine y la vanguardia, con la cercanía y el humor del más grande de los pueblerinos. Impagable libro.

Un abrazo a todos.

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